POEMAS INÉDITOS, N° II.
Inéditos n° I. Inéditos no de estudiantes.

Universitarios
Bachillerato
Secundaria
Primaria

 

UNIVERSITARIOS

 

 

Abelardo Leal
(Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Colombia)


INGRID MARÍA

Ingrid María es morena como el maíz tostado. Cuando camina parece una palmera (se mece al vaivén del viento). Ingrid tiene el pelo churco a veces y lacio a veces. Yo le pregunto: " Ingrid, ¿ cómo es tu pelo?", yo le pregunto: " ¿Ingrid, cómo es tu pelo naturalmente?" Ingrid me dice con sus labios rojos, con sus labios rojos que se abren dejando ver sus dientes blancos como fécula: "Mi pelo es churco naturalmente." Ingrid tiene 23 años y es de la costa. De Cartagena pero vive en Sincelejo. Lectora insomne de Neruda en eso coinciden nuestros gustos como besos. Dice que Van Gogh es su pintor favorito, que admira hasta el abismo sus cuadros sobre el campo, sus autorretratos, la captura en óleo de su cuarto. De Renoir dice: "es un impresionista", para dar a entender que no absorbe sus sentidos. Le gusta escuchar salsa romántica, le gusta el cine arte, la música clásica (Sebastián Bach, principalmente). He llegado a entenderme con ella con ayuda de Su Majestad El Tiempo. El tiempo que dobla las cosas, las muta, las hace sumisas a su lengua. Cosecho palabras en su oído, y así se yergue un puente. La miro fijamente, sin tapujos, sus ojos son cafés y en ellos naufrago como una canoa que el mar se traga con su ímpetu. Es alta, delgada, su voz me toca el alma, me unta el perfume de su alma. Ella es abogada, bueno, cuasiabogada (en pocos meces obtendrá su título universitario). Estudia a Bobbio, a Norberto Bobbio, a Kelsen, a Hart, a Dworkin. El litigio la abruma, no le gusta, prefiere ser profesora. Así me lo ha dicho con su boquita de hematites. Ingrid es un sueño caminando. Fanal inmenso masacrando el tedio. Algodón de azúcar. Agua de coco. Dulce de apio. Breva con arequipe. Pie de piña. Sabor de Feijoa fresca. Jugo de mango tomado bajo el disparo del sol en el trópico. Todo eso es Ingrid, es despliegue de acordeón, es nota de piano, canto de mirlo gris, de turpial, de pájaro azul revoloteando. Ingrid me confiesa que no puede ir al parque de diversiones, porque tiene una válvula mecánica. Un marcapasos, más o menos. " Ya he estado en el quirófano", me dice con su voz costeña que me mata. " Lo comprendo"- le digo. Lo comprendo y la amo más así, porque ha tenido problemas serios, ha estado en el borde, lamiendo el todo y la nada. Ella es creyente. Yo no tanto. Ella es pausada. Yo no tanto. Pero el tiempo, Su Majestad El Tiempo, ancla mis ojos en su cuerpo, y mi alma en su alma.


 

Jorge Fernández Gonzalo.
(5° de Filología, Universidad Complutense de Madrid, ganador de premio Hiperión 2004).



A
MEDIANOCHE

¡Hoy voy a ver el mar! Cómo responde
Su oleaje con trenzado de
Algas a mi estrategia de alegría,
La captura del aire más secreto
Y la ola más alta. ¡Salpicadme!
Yo también quiero guerra y echo agua
Y más lejos aún, porque esta noche
La espuma se ha encontrado con mi cuerpo de niño,
Con la primera muda, que no era
Inocencia sino curiosidad,
Esa intuición de entonces que teníamos
De nombrar con la brisa, los olores,
Y respirar lo que nacía nuevo
En su jardín de gratitud. ¡Más agua!
¡Echa más agua y nunca hacia los ojos!
Este mar con caricia y valentía
Que alza poco a poco
Una música, una arboleda azul, su
Cadera que es más dúctil que la arcilla,
Más inquieta que los gorriones;
El mar, siempre recuerdo, caracola
De la infancia, este
Murmullo de salinidad, de
Septiembre muy en vuelo
De esperanza; más agua mientras dure
El cuerpo niño y la respiración
Casi inocente, casi gaviota
Sin destino, coral aún, entrega
Sin origen,
El mar que es tu cuerpo aquella noche.


Francisco Martínez Martínez
(37 años, 1º de Educación Social, U.N.E.D., Portonovo, Pontevedra, España)


Admiro el desnudo flagelado,
maquinaria de las noches que eyaculas,
Efigie extraña en la mirada,
ausencia.
Quiero regresar a las ansias silenciosas
al cansancio extremo.
No quiero más héroes.
No quiero la infancia destruida.
Oficia la sangre el dolor efímero
de lágrimas secas.
Me niego a crecer en su vientre
 



Gabriela Valencia Ortega
(Imperial Valley College, el centro, California)


SUTILEZAS

Siento que no vivo,
que apenas sobrevivo,
que si pierdo
o si gano
lo mismo da
a mi destino.
Siento que si río
o me arrimo
a la desdicha,
la rechazo
o me repela,
lo mismo da
a mi destino.
Lo que hace
la diferencia
a la noche
o a el día
es que duermo
o no duermo
en la inconciencia
o subconciencia
de la vida
que sin prisa
me domina
o en suicida
me transforma
o a la vuelta
de la esquina
hace cosquillas
a mi barriga.
La sutileza
de la vida
es una selva
que no se olvida,
con tragos amargos
o dulces miedos
mezclo todo
y a lo gacho
mando al diablo.

 

CHISMES Y DIRETES

Yo sé que la gente
habla mal de mí.
Que dicen, que cuentan,
que oyen, que chismes
y diretes;
que si yo te dije
o tú me dijiste.
No saben qué dicen,
no entienden razones,
no comprenden nada
hablan por hablar.
La gente no entiende
que a mí me preocupa
la gente normal.
La gente no entiende
razones de dones,
virtudes u amores.
No quieren oír
palabras sinceras,
verdades que duelen
o miradas honestas.
Quieren escuchar
sonrisas a chistes
que no tienen gracia,
que no veas a los ojos
a su pareja.
Y si tienes más
de treinta te vistas
a su antojo,
que seas discreta,
moral y escueta.


Rodrigo Sebastián Verdugo Pizarro
(
de Literatura, Universidad Andrés Bello, Santiago de Chile)

HAN VUELTO


A Heriberto Rocuant

Han vuelto y sin un principio
Que disfraze la sangre.
Sin el mineral exorcizado.
La lluvia los filma cuando entran
A la casa sostenida por entrañas.
La lluvia los va filmando
Cuando van entrando al zodiaco negro
Y a las nutrias.
Han vuelto y la casa sostenida
Por entrañas los encierra como minerales
En la atormentada exactitud.
Han vuelto y esta vez tendrán
Su entierro en mi palabra
Su cuchillo incestuoso
Su carta escondida.
Han vuelto y a pesar
De tanto rayo y cáscara
Que nos cifran y cifran
Los reconocemos a ellos y a la casa


Octavio Andrés Abello Segura
(
de Derecho, Universidad de Concepción, Concepción, Chile)


LUNA

En la noche hay una dama
de marfil
que pende del vacío más logrado del firmamento

en la noche los amantes tienen un
cubil,
con cráteres donde robarse
la húmedad del uno al otro,
el suspiro más remoto
del cuerpo equidistante.

Por la noche la gaviota es
espía y el alga una sombra más
de la cavidad oscura
por la noche una hembra brota
con su láctea ternura,
de los lobos diosa
de las nubes guía.


Manuel Ramos Van Dick
(
Universidad Antonio Ruiz de Montoya, Lima, Perú)

TARDE

Puedo sentir el olor de los geranios
frotándose los sexos
acoger las hojas grises y amarillentas que caen del cielo.
Los niños hacen las mismas piruetas de ayer
las bolsas de pan se balancean entre las manos callosas.
Todos se olvidan de que hay un sol que muere y resucita
como un muerto pálido
y me entristezco confundiéndote a la distancia.
Aun seguiré aguardando.

 

LLUVIA

Me deslizo de un lado al otro con el peligro de caerme.
Las calles están empapadas.
Al menos una, señor,
al menos una gota hoy
será mi lágrima.


6 A.M.

Un ángel espera
ser engullido.
Observa de lejos el fuego que despide la espuma
de las aguas.
Bajo la arena los insectos no presienten
el temor,
nadie la consuela.
Quisiera ser tu abrigo
y dedicarte al menos una noche
cuando mi cuerpo
sea del invierno.
Quisiera al menos ser una
de esas tristes piedras que rebotan como animales sobre
el mar
aguardando los colmillos
que devorarán tus horas
Así como esta ciudad ha
mutilado
cada una de nuestras alas.


Ashwini Ganeshan
(Centre of Spanish, Portuguese, Italian and Latinamerican studies,
Universidad Jawaharlal Nehru, Nueva Delhi, La India)

INCIENSO

Gris, la cascada de la pintura
se desliza, extendiéndose,
elevándose a descubrir.

Los obstáculos atraviesa,
formando su camino.
Los rincones busca,
llevando una palidez
a espacios escondidos.

El aire huele,
oler el aire.

Rodea, invade,
seduce, conquista.
El dulce olor saboreado,
un olor tranquilizante, sedante.

Limpia, purifica.
Con el incienso unido
ascendemos al paraíso.

 

[Este poema lo escribí para mi amigo
cuando se sentía perdido]

LA MELANCOLÍA

Siempre preguntaba:
¿Por qué así me siento?

Como un niño
a quien han quitado
su juguete preferido.

Como un chico
a quien ha dejado
su novia por otro.

Como una anciana
con quien nadie habla
por vivir en su memoria.

Pero nunca hubo respuesta
E iba preguntando día tras día.

Iba preguntando día tras día
Y una voz respondió un día:

¿Cómo te sientes?

¿Como una persona de quien
los gritos se pierden
en un silencio inmenso?

¿Como un ciego
que no entiende
lo que es rojo, blanco, verde?

¿Como la oscuridad
que quiere la luz clara
la misma luz que le mata?

Si te sientes así, amigo,
A la melancolía, bienvenido.

© Ashwini Ganeshan, 2004.

 


Adriana
(
Universidad Navojoa, Sonora, México)

Si yo tan sólo

Si yo tan sólo
pudiera vencer el miedo,
si tan sólo lo pudiera hacer,
te diría cuanto te amo.
Si tan sólo me animara
hablarte de frente
te diría mil cosas hermosas.
Si yo tan sólo
pudiera creer que,
no eres para mí
me daría cuenta
de lo mucho que te amo.
Pero si yo tan sólo
pudiera creer todo esto,
amarte aún mas ya no podría.


 

Sebastián Díaz
(23 años, 4° año Geología, Universidad Nacional de Córdoba, Argentina)


PORQUE SOY HOMBRE

Hago mención a las almas de los hombres
que lloran manantiales de olvido, de frío y sombra
soy carne de tiempo viejos, soy vino soy la piedra y el estribo, soy parte de mi camino.

Voy creciendo en esta tierra con esperanza de chango
y en amanecidas nostalgias me desvelo con mi canto
trotamundo de la vida voy pialando mi destino
y en las noches estrelladas voy escribiendo mi libro.

Hago mención a las almas que lloran un mismo llanto
soy piedra de río llano, soy poema, soy letargo
corazón desenfrenado de emociones compartidas
no sé amar sin el odio que asoma de mis heridas.

Soy voz de mudas palabras que reclaman con firmeza
soy la tristeza que canta ocultando mi alegría
resplandor de mil cañones, soñador de fantasías
soy la muerte que en la guerra termino mi propia vida.

Hago mención a las almas que sueñan con ser un día
como las aves del cielo, como los bosques, la brisa
porque en mis manos poder, y en mis ojos ironía
porque soy hombre no entiendo, el sentido de la vida.


UN SUEÑO

Mis ojos te miran despacio y se descarnan por ir a tu encuentro, y en una brisa de otoño mi alma se desliza para llegar a tu centro, la gente camina inadvertida, las calles se encogen tras tu paso, y todas envueltas en tu aroma dibujan poesías, escriben historias.
Senderos del alma donde aún no llego,
no me das el respiro, me quitas el aliento, y cuando lo intento me acerco para tocarte dentro, pero de lejos me percibes y me golpeas el pecho, frenando mi andar, cegando mi vuelo.
Mis ojos se apresuran por verte de nuevo, pero ya no eres luz, ya no eres sombra, y las hojas se opacan con el paso del tiempo, las calles escuchan rumor en el viento, te lloran distante me piden un verso, y yo en mi desgracia para no ser menos, les doy lo que quieren, y luego despierto.


HOY TE RECUERDO POETA

Se aquietó la pluma
se durmió la mano
y la tinta espesa
esperaba en vano
el chapuzón seguido
para dejar grabado
los versos nacidos
en un papel gastado.

Se acabaron tus versos
tus estrofas pintadas
y dejaste en la casa
tus cosas amadas
te llevaste con vos
a tu mejor poesía
tu vida era un canto
de noche y de día.

Te imagino en el cielo
mirándonos sonriente
con tu cabeza sin pelos
y el sudor en la frente
entonando una canción
de aquellas que tu sabías
se me oprime el corazón
al recordarte en éste día.

Hace seis años te fuiste
para nunca mas volver
y me dejaste tan triste
tratando de resolver
lo místico de la vida
sus alegrías y tristezas
pero hoy te digo con grandeza
que a vos... nadie te olvida.

(a la memoria de mi querido Abuelo)


Vilavsky Sáez
(2°Filología Inglesa, Universidad de Granada, España)

 

EL BOSQUE DE LOS AUSENTES
(RECUERDO A LAS VÍCTIMAS DEL 11-M)

Ausente, asomado a la calle, allí no estás.
Ausente, no estás donde descansan las rosas.
Ausente, me dijiste adiós una sola vez.
Ausente, ausente, corres entre la gente.
Ausente, calma la tempestad.
Ausente, en la guitarra, en el azahar,
Ausente, solo sé adorarte
aunque por dentro muero
cuan lento veneno.
Ausente, ausente, te quiero tanto, ausente,
el tren no llega, me desespero
quizás fue el tiempo lento,
¡Ay!, me muero, ausente.

Vida desviada en Madrid,
cayeron las palomas blancas en abril.
Ausente, siento mi lucero, frialdad
abrasándome, ausencia, ausente,
ya llegan los trenes de la muerte.

Nadie quiera, nadie, buscarte,
la luz se apagó, ya es tarde.
Ausente, entre los ausentes,
reencarnarás entre once nubes,
Ausente, en el bosque de los ausentes.

¡Te quiero niña,
niña te quiero!


Alejandro Tobar Salazar.
(3º de Filología Inglesa, Universidad Complutense de Madrid)

 

INCUBANDO LA GRIPE


En cada trago un perdigón juega al pinball con la garganta

Envueltos los perdigones entre plasmas de moco en los pulmones
toca limar las fosas nasales con pañuelosrastrillo
Los ojoscorticoide se salen de sus órbitasojeras
presionados por los moquitos omnipresentes
que agrietan el cerebro

Arpones que caen como proyectiles a 11.000km/h en las sienes
marcan la hora
de moribundear hasta la farmacia
y comprar SACOS y SACOS
de mucolíticos y aspirinas


Manuel Castañeyra Medina.
(4º de Geografía, Universidad de La Laguna, Tenerife, España)

 

TERCERA DECADENCIA

Por las calles vi sus cuerpos tirados,
amontonados o dispersos,
silenciosos.
Vi sus rostros contraídos,
sus ojos de sorpresa, blancos y enormes.
Vi familiares de rodillas a su lado,
o amigos, o desconocidos conmocionados
sin láagrimas.
Vi caer gotas de nubes grises y ruidosas
sobre el suelo saturado de sangre.
Vi tiritar niños desnudos junto a sus madres
ya frías.
Vi correr gente sin rumbo que caían una, dos,
tres veces.

Por las calles vi el final de una ciudad y destrucción.
Vi muerte, sangre, dolor,
una mirada perdida, desorientación,
leves sonrisas apenas oídas,
un adiós repetido en miles de rostros
y miles de suspiros que van cesando
ordenadamente.

Por las calles oí el sonido de un reloj detenido,
alguien que cierra los párpados mojados
y después
el último y definitivo
silencio.


Dennis Nicolás Rojas Rodríguez.
(Instituto Superior Pedagógico "Antenor Torrego",
IX Semestre, Cajamarca, Perú)

UN PRINCIPIO SIN FIN (DEDICADO AL MUNDO)

Entre el follaje verde
de un olvidado continente
corre entre montañas como serpiente
un río que hecho nudos encanto esconde

Como camino antiguo de un gigante
guarda huellas en su recorrido
siete cántaros de nivel profundo
asesinos de la luz del sol naciente

toda una aventura es esta cultura
que siendo hombres envueltos por emoción y miedo
son lobos, ranas, para luego ser moscas y por error
peces y por fin culebras retando a la altura

un camino que no tiene regreso
una historia que de la imaginación nos ha hecho presos
pues cuenta un anciano en tono de rezos
que al ocaso un chivo cierra el paso

si esto es verdad o mentira
no me importa creo que delira
pues en vez de un chivo lila
vi en las paredes mantos nacientes haciendo fila

follaje hermoso y vistoso
cual manto de doncellas
que sirve como lugar de querellas
a los animales que huyen de lo caluroso

el vestido que cubre a la séptima posa
dejaría asombrado incluso al tuerto
ya no sigo con este verso que parece cuento
mejor me apuro a salir del chivato

pues ya dan las seis de la tarde
y por si el chivo sale de donde se esconde
mejor corro pues con dos cuernos me basto
a nadie le agradan dos más, ¿cierto?

 

EL DINERO, TRIUNFO Ó DERROTA

En un mismo puñado de tierra
Se han trazado líneas absurdas
Que en el otoño os causas duras luchas;
Batallas que paren miseria y desgracia

Si las mismas leyes naturales nos gobiernan
¿Por qué existe un hombre en un basural
Y otro en un sillón de oro junto al umbral?
Acaso os cortó corazones el maldito dinero;

segado por la codicia y la envidia
en sábanas doradas nace un niño,
mientras se arroja en pedazos
a otro pequeño en un rincón oscuro.

En esta absurda lidia por sobrevivir
No gana ni el fuerte ni el débil,
No gana ni el pobre ni el rico
Sonríe triunfante el hechicero dinero,

Mírate, crees ser un triunfador
Cuando en verdad en dinero te venció
Os siendo ahora su esclavo y servidor
Despierta y permítete ser libre...


Marcos Ley
(4° de Derecho, UOC, Barcelona, España)


Toda una vida para morir

Aquel día los vientos murmuraban con malicia
el reclamo de una nueva vida,
un soplo de dolor y un bramido de arrogancia
desconsolado lloré, como estatua inanimada.
Te percataste en mi inocencia
aprendiste mi nombre
indagaste mi presencia
exploraste mi alma, de hombre.
Vestigio de dolor en mi juventud
fue el rastro de tu actuación
y tu aparición en plenitud.
Pero nuestras correrías
no hicieron sino que comenzar
pues antaño otros perecieron tus argucias.
Aflicción de mi alma
amalgama de dolores
en el regazo de mama
aprendí a desconfiar de mis valores.
Todavía no comprendía
pero el instinto es tu enseñanza de vida
y mi ignorancia, ¡ cuán impía !
Entre la inmensidad y el infinito
antaño era ayer,
convergemos en el mismo punto
hoy es el mañana, es de menester.
Me has seguido toda la vida
te reconozco, sé quien eres
nada escapa a tu mirada.
Sonríes a mi paso
ya no te engaño
regocijándote y yo furioso
pues ya no es extraño.
Cara a cara ya no te apartas
no ganas sólo respiro
pues el juego ha terminado en tablas
todo en un suspiro.
Un rutilante fino velo misterioso
se posa en mi ser acariciando mi piel
con aire majestuoso
y haciendo asentir mi hiel.
Vislumbra mi aura de misterio
los sentidos endulzan mi ánimo
se cierne sobre mi un imperio.
Astuto y sagaz por naturaleza
se mueve por nuestra alma
hasta embaucarnos por su belleza
nuestro destino ama.

Tirana de la soledad
adalid de los muertos
máscara de la maldad.
Madre del destino
Hija de la noche
hermana del mal divino.
Amiga del temor
ladrona de almas
compañera del dolor.
Vetusta mensajera del sombrío
en el haz de mi cordón
clavas tu hoz con brío
unciendo mi única unión.
¿Acaso olvidas que mi existencia
espina en mi espíritu
es tú consecuencia ?
Del otro mundo ¿qué me importa?
Si yo quiero la vida en aquel en el que nací
y no el temor de aquel que mata.
Quiero volver a repetir
por última vez el reír y el llorar
Quiero volver a sufrir
la desdicha y el amar
Quiero volver a experimentar
sentir el percibir
impresión corporal y no lamentar
no quiero el dolor volver a sufrir
Maldita tu estancia en mi vida
cuánta fe y tanta esperanza derramada
Todo fue tan fugaz
y en el anhelo de mis recuerdos
pues todo fue falaz
todo un recuerdo de mis sueños
Pugna furiosa en combate a muerte


Rosa
(Ciclo formativo de grado superior adm. y finanzas
IES Tetuán de las Victorias, Madrid, España)

Hoy quiero decir
hoy quiero sentir
en mi alma encendida
un amor de verdad
un suspiro que dure
toda la eternidad
Hoy me he enamorado
hoy estoy sintiendo
dentro de mi corazón
el amor platónico y loco
del que enseña y la enseñada
del que habla y la que escucha
del profe y de la alumna.
Yo miré tus ojos
azules como el mar
y tú que no veías
el amor que yo sentía
tuve que decírtelo de forma especial.
Yo mostré mi afecto
y tu suspiste responder
pero aunque hoy tenga que olvidar
que un día yo te amé
la llama seguirá
encendida y alumbrando
como el primer día
que descubrí que te amé.

 

Quisiera ser paloma
para volar libre a tu lado
Quisiera ser gacela
para correr más rápido que el viento
Quisiera ser un árbol
para tocar la luna desde lo más alto

Pero no soy ni paloma
ni gacela
ni árbol
soy un imposible
llegada de la eternidad
haciéndote ver que en la vida
lo primero es la felicidad

Si tú siendo un humano
y yo una simple sensación
nos juntásemos sin ton ni son
tú no podrías verme
pero me sentirías
como una enorme llama
que quema tu corazón.

 


Gabriela Valencia Ortega
(Imperial Valley College, El Centro, California)


TAN GRANDE

Tan grande el amor,
tan grande la pasión,
tan grande el deseo,
tan grande la ternura,
tan grande el dolor,
tan grande la locura
de esta loca mezcla
que me ataca y me tortura.
De esta triste
y apasionada revoltura
que día a día
penetra mi piel
y se incrusta
en mi abotargada mente.


LIBRO ABIERTO

Tanto desnudé mi alma
que soy como un libro abierto,
entregué espíritu y cuerpo,
pero eso ya no tiene remedio.
Amé y fui amada,
lloré, reí y gocé
en el trayecto de mi vida.
Mi transcurso fue un proyecto,
que Dios forjó para mí,
mas me temo
algunas veces
que solo soy un fracaso
y un raro caso perdido.
Mi vida no tiene secretos
difíciles de ocultar,
incluso sé que de hecho
lo que he guardado
en mi pecho,
no es difícil de adivinar.
Mi vida no fue en vano,
fue fructífera y azarosa;
fui mimada y pisoteada,
humillada y vanagloriada.
De todo un poco surgió
en este planeta que apesta,
pero que a la misma vez
un oasis en el centro es
de un universo muerto.


MARIONETAS

La vida nos mueve
y conmueve
como marionetas
de frágiles hilos.
En un escenario
brincamos, saltamos
y tras bambalinas
nos desboronamos.
Cual marionetas
de alegres sonrisas
pintadas,
algunas otras
de amargura contagian;
nos mueven y obligan
a andar y correr
para mucho después
al fuego arrojarnos
o quizás renovarnos
con nuevo vestuario,
un nuevo rostro,
una nueva vida
o una mala muerte.
Marionetas somos
de diferentes escenarios,
solo cambia el rostro
y diferente teatro,
algunos de finos
escenarios,
otros tantos
de míseras carpas
en esquinas olvidadas.
Marionetas somos
de frágiles hilos
que de tanto moverse
se revienta el hilo,
y si no te mueves
se pudre y se rompe
de igual modo también.

 

MUERTE SÚBITA

Muerte súbita
aclamo,
muerte tranquila
y en paz.
No prolongada agonía
que te invade y aniquila.
Muerte súbita
pido,
la que te arrulla
y te duerme
en una noche pasiva.
La que te abraza
y te calma
cuando ya no puedes más.
Muerte súbita
llamo,
a la que como el ladrón
te roba, omitiendo
pedir perdón.
Perdón ni clemencia
quiero
en un cuarto
de hospital.
Solo una muerte tal
que ni pena
ni gloria sienta
en mi sueño
sin final.

 


Nada nos llevamos.
A veces estamos,
a veces no estamos
y cuando estamos
con todo arrasamos,
y si no encontramos
a quien esperamos
o lo que deseamos
tristes nos quedamos.
Poco nos importa
si somos para otros
lo que esperan que seamos.
Cuando nos marchamos
para ya jamás volver,
lágrimas dejamos,
amargas, temporales
o quizás también
saltos de alegría.
Pero lo que tú ya sabes
y lo que yo sé,
es que ya no regresamos y nada nos llevamos.

 


Roberto Carlos Bermúdez López
(UNIVO -Universidad de Oriente-, Usulutan, El Salvador)

TRISTEZA

Hoy respiro, respiro hondo y profundo, y deseo
con todas las fuerzas que encierra mi cuerpo
el convertir el aire en arena y la arena
en mi muerte.
Hoy siento a mi corazon latir, qué tristeza, deme alguien el poder de convertir
la sangre, que circula por mis venas, en ríos de espinas para que así acaben
con mi sufrir, con mi dolor , con mi tristeza
con mi gran pena.
Hoy respiro, sí respiro, por ti, por tu pelo, por tus ojos.
Hoy vivo, sí vivo, por ti, por tu boca, por tus labios
por tu sonrisa.
Hay tristeza, sí, tristeza, por ti, por tus dudas , por tus miedos, por
tu lastima, por tu engaño, por tu adiós; por mi pena , por mi vida sin
ti.
Respiro tristeza, vivo tristeza ; sin ti, tristeza. cuanto duele vivir
sin tu aliento
sin tus besos
sin tu amor.


Marta Parra de La Fuente
(Universidad Adventista de Chile, Chillán)

 

DESNUDA.

Estoy desnuda
frente al mundo
contemplando
como idiota
cómo la gente
camina sin
saber que respira

Estoy desnuda
con mis labios
secos por la desesperación
de no tener que
decirle al viento
que existo.


Jorge
(Facultad de Económicas, Santiago, España)

cae el llanto en esta madrugada de luna y estrellas, cae el llanto
en medio de la nada, nadie me escucha. sólo permanezco de este lado hasta
que el día que me decida, ya no haya vuelta atrás, ni viraje en este destino,
en este camino que se hace largo y oscuro. lloro por dentro y son las lágrimas
que no salen las que me hacen que me ahogue lentamente. esperando que un
día, brille el sol, y que ese día no sea demasiado tarde.

 

dejé caer la bruma sobre mi cuerpo anclado en ese tormentoso
y frágil pasado, que en los días grises me humilla hasta la saciedad y
que en los dias de amanecer templado me hace ser humano. de lo que fui
y ya no volveré a ser. se echa de menos los abrazos. se hace el silencio.
una alma lucha por salir. un cuerpo lucha por vivir. sólo es la cordura
la llave de mi vida, en este mundo de locos, pronto seré un loco más y
un cádaver en un cementerio municipal.


 

Vicente González González
(4°curso de Económicas, Universidad de Oviedo, España)

No recuerdo cómo era tu pelo.
No recuerdo si era largo y rizado
o corto y liso.
No recuerdo cómo eran tus ojos.
No recuerdo si eran azules y diminutos
o negros y enormes.
No recuerdo cómo eran tus manos.
No recuerdo si eran fornidas y rudas
o menudas y sutiles.
No recuerdo cómo eran tu senos.
No recuerdo si eran turgentes y firmes
o flácidos y caídos.
En cambio,
sí recuerdo las noches que no hicimos el amor.
Sí recuerdo los besos que jamás nos dimos.
Sí recuerdo todo lo que no te dije.
Sí recuerdo que no te miré al cerrar la puerta.

 

 

La vida da a luz un nuevo día
y deja grabados en mis ojos
tonos rojizos que delatan al amanecer.
Sentado, en un sucio y viejo vagón de tren,
dejo atrás paisajes y gentes,
abandonando allí, a unos kilómetros de aquí,
al que fui hace apenas diez minutos,
encaminándome, firme y soñoliento,
hacia el que seré después de media hora:
un solitario más
en esa vanidosa ciudad llamada Oviedo.